¿Realmente existe la adicción a Internet?, ¿a las pantallas?, ¿a las tecnologías?
A veces tengo la sensación de vivir en el día de la marmota.
Adicción al teléfono móvil, adolescentes con uso compulsivo del mismo, tiempo de uso, que si acuden siempre a Internet…
Apenas percibo avances, seguimos empleando misma terminología e incluso ampliando alguna, como nomofobia o vampiring, que así, aunque no sepas que son, ya no suenan bien. Y no estás equivocado.
No he encontrado ningún término alusivo al uso de tecnologías positivo. Por ejemplo, no sé, laughict haciendo alusión a las sonrisas que nos pueden provocar memes o videos bien hechos. Cercaning por la posibilidad que nos ofrece el uso de la tecnología de estar «cercanos» aquellos que no tenemos al lado.
Internet y las tecnologías están aquí, ahora.
Lo siento mucho por aquellos que se empeñan en generar alarmas sociales y dudas entre mayores y menores.
Digamos que puede haber un mal uso, un abuso, que lo hay, pero dejemos ya de llamarlo adicción, por ahora. Y hasta que se demuestre lo contrario.
¿Adicción?
Leía hace unos días el post de Jose Antonio Gabelas La adicción a Internet: un nuevo pánico moral, que me hace reflexionar de nuevo sobre este tema.
Adicción, enganchados. Sólo hay que buscar un poquito para efectivamente, como dice Gabelas al principio de su post, comprobar que
En los últimos tiempos se han encendido las alarmas sobre el exceso de tiempo que dedicamos a las diferentes pantallas
Encontramos literatura, artículos de prensa como el siguiente que te pone el vello de punta. Vídeos como este, que nos hablan de cómo saber si somos adictos, y de patologías. Incluso una conocida marca ha desarrollado un test para saber el grado de adicción que tenemos.
Me quedo muerta, que se dice tanto ahora. Muertecita.
Está claro que no podemos negar la existencia de un mal uso de la tecnología y de Internet, pero me gustaría pedir prudencia en el uso de la palabra adicción.
Ya sabéis que yo soy mucho de echar mano de la RAE, así que es de lo primero que hago.
Adicción:
1. f. Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico.
2. f. Afición extrema a alguien o algo.
Ah. Pues sí, parece que la afición extrema a algo está contemplado como una adicción. Por tanto el uso de abusivo del móvil e Internet es una adicción.
Señoras, señores, somos adictos. Todos y cada uno de nosotros. Los que no en la brecha digital y tenemos posibilidad de estos privilegios.
Hasta aquí mi post, nada más que decir.
Aunque no te creas que me quedo muy conforme.
Estando en estas, aparece en mi TimeLine de Twitter el siguiente titular de prensa: Uno de cada cinco jóvenes de 14 a 18 años utiliza de manera abusiva las nuevas tecnologías.
¡Ups! Mira. Claro, no podía ser de otra manera. Siempre mirando la pantallita, utilizando sus datos de Internet para escuchar música, buscar información las redes sociales, chatear con otros. Vaya tela con ellos.
Entiéndase el tono sarcástico, por favor.
Devoro el artículo
«Hay una preocupación social evidente a la cual hay que dar respuesta: uno de cada cinco chicos y chicas de 14 a 18 años está haciendo un uso inadecuado de Internet» Francisco de Asís Babín
Detalle. Se habla de jóvenes, no de adultos. Parece que a nosotros la cosa ni nos roza.
La respuesta a la que se hace alusión, es incluir por primera vez en la Estrategia Nacional de Adicciones el uso compulsivo de Internet, nuevas tecnologías, juegos online, videojuegos como adicciones sin sustancia.
Vamos a echarle un vistazo y te cuento. Estoy realmente interesada en cómo se va a trabajar este tema.
¿Hay fundamentos para llamarlo adicción?
Vistazo echado al Plan Estratégico.
Lo primero y por matizar el titular de prensa.
Según los datos de ESTUDES (2014-15), el 18% de la población de adolescentes y jóvenes de 14 a 18 años usa de manera abusiva las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Si bien probablemente su uso se irá normalizando con la edad
Vamos, esto es como cuando te gusta una canción y la escuchas por activa y por pasiva hasta que va pasando la novedad.
Pasamos de la fascinación a la regularización del uso.
Pero a lo que iba, ¿somos adictos si usamos con frecuencia la tecnología e Internet?
Admitir la adicción a internet y al teléfono móvil no tiene fundamentos clínicos, no es una certeza científica (José Antonio Gabelas)
Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024
Parece que por ahora no hay consenso en si existe o no la adicción a Internet.
Para otros comportamientos que actualmente se identifican de forma frecuente como posibles adicciones (internet, pantallas digitales, tecnologías de la información y comunicación, etc.) se precisa más información y definición acerca de estas patologías para llegar a un consenso científico, partiendo de la base, no obstante, de que el conocimiento actual señala que presentan analogías con las adicciones a sustancias similares a las que las que se observan en el juego patológico (Apartado Situación de Adicciones en España. Otras Conductas Adictivas)
Para ampliar la información destaco este fragmento del artículo de Gabelas.
El DSM-5, manual publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, no incluye a Internet en su última versión la categoría llamada “trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos,” en la que sí se encuentran una serie de diagnósticos denominados “trastornos por consumo”, que sí incluyen tabaco, alcohol, estimulantes y otras sustancias. Hasta hoy, la única conducta relacionada con el uso de pantallas considerada como adicción es el juego patológico. Tampoco la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades), manual publicado por la OMS consideran entre sus diagnósticos la adicción a Internet.
Conclusión, cautela.
No parece que adicción sea una palabra apropiada para el abuso tecnológico o de Internet. Otra cosa es, como encontramos en el Plan Estratégico, que a través de estas herramientas se puedan llevar a cabo conductas adictivas.
En internet, aparte de encontrar un mercado para la compra-venta de sustancias y foros de intercambio de “información” e instrucciones sobre consumos, nos encontramos con la utilización de determinadas apps (Wapo, Tinder, Grinder, etc) donde aparecen y se diseminan nuevos patrones para el consumo de drogas ligados a prácticas sexuales: el chemsex y el slaming (slamming o slam, una práctica que combina sexo y drogas por vía intravenosa, con el fin de aumentar la desinhibición y la duración de las “sesiones”).
Sí, es cierto que si queremos buscar el riesgo, si queremos demonizar, si queremos meter miedo a toda la población, encontraríamos enlaces y artículos que mostrarían que se puede ser adicto a Internet.
Honestamente, creo que estamos en momento de cambio. Lo nuevo asusta, sí. Pero no por ello podemos permitirnos el lujo de alarmar, sin todavía conclusiones definitivas, a toda la población.
No niego evidencias de un mal uso. Pero está claro que no podemos culpar a Internet, a las tecnologías. En sí mismas, no son malas, es el uso que se hace de ellas.
Somos responsables, no vale sacudirse el polvo y decir que las tecnologías nos están trayendo adicción.
Es a mi modo de ver, una imprudencia.
Medidas correctoras
Debemos prepararnos para este mundo que nos ha tocado vivir, lleno de cambios pero apasionante. Las pantallas, Internet, suena añejo si pensamos en todo lo que está emergiendo la Inteligencia Articial, Internet de las Cosas, Robótica…
Y mientras se termina de decidir si usar la palabra adicción es correcto, tenemos muchas cosas que hacer. Y verdaderamente importantes.
Tengamos claro que esto no es un tema que afecte sólo a jóvenes o niños, también a nosotros.
Estamos aprendiendo, descubriendo, regulando el uso de las herramientas. Estamos en un mundo conectado.
Nuestra labor, la de todos, es implicarnos, formarnos y formar. Educar.
Evitar usos abusivos y tóxicos que al final, es lo mismo que hacemos en la vida offline.
Deberemos dar respuesta a preguntas cómo cuándo se considera uso abusivo, programar durante dos horas en Scratch, por ejemplo ¿sería abusivo?
"El niño intentará hacer uso del dispositivo para relacionarse, para estudiar, para jugar, etcétera. Es labor de los padres dialogar con ellos para enseñarles a alejarse de algunos contenidos perjudiciales por su edad" @javigoto en #DigCitSummitES pic.twitter.com/87pkcWX0Re
— DigCitSummitES (@DigCitSummitES) February 24, 2018
Resumiendo
Llamarlo adicción, me parece que puede ser equivocado. Entiendo la necesidad de querer enmarcar la situación con una palabra, pero esta no me gusta nada. Además de no estar demostrado.
Insisto, hay evidencias de malos comportamientos ante la tecnología e Internet pero:
Y al final, no es tecnología. Es convivencia. Diálogo. Puesta al día. Educación. Realidad.
Porque no es la tecla. Es la persona. ( Sobre prejuicios, familia, tecnología, cuchillos y educación. María Zabala)
Apuesto por un uso responsable de las tecnologías ¿y tú?